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Andrea Verónica Abalos

Psicología femenina

 

Miró por el cristal. Sus ojos lo encontraron y la fascinación la encendió. Bello, ¡bellísimo!, dijo murmurando con especial brillo en los ojos.

Como en una película las escenas desfilaron por su mente: radiante, feliz y hasta un poco altanera. Se animó a imaginarse centro de todas las miradas en la celebración de aquel día. Sonrió al pensar en los comentarios de sus amigas y el veneno de sus enemigos.  

Con hidalguía alzó su mirada y miró a todos a su alrededor. El temor desapareció y se sintió flotar envuelta en el azul radiante de esa prenda que la ponderaba a estado de semidiosa.

Una bocina retumbó en sus oídos y la sacó bruscamente del ensueño. Bajó su cabeza y vio el rojo de las baldosas. Respiró con resignación y siguió barriendo la vereda de su patrona Ángela.

HERIDA

Fue una tarde, después de la lluvia. Cuando comenzó a sentir un olor extraño. Ese que emana de la madera  cuando la humedad  sobrepasa el tiempo y se empieza a podrir.

Es la humedad, se apuntó y siguió lavando los platos que quedaron del mediodía. Abrió las ventanas y prendió un sahumerio.

A la mañana siguiente, con dificultad se levantó de la cama. Tenía pocas ganas pero venían los niños. Se encogió de hombros y puso agua para el mate.

-¿Qué es ese olor?- dijo el más pequeño.

-Es la humedad, por la lluvia- respondió con frialdad e indiferencia.

Las horas se hacían interminables con tanto bullicio y gente en la casa. Llegó a agradecer  al olor nauseabundo que alejara las molestias de su entorno.

Al otro día, con la salida del sol, el espantoso hedor se hizo cada vez más fuerte y desagradable. La respiración era dificultosa en esa atmósfera. Empezó a preocuparse.  Compró aerosoles, de esos que perfuman. Pero fue peor. Al  mezclarse con la pestilencia el efecto fue contrario. Tuvo que salir.

Pensó en animales muertos. Y en su mente los comenzó a ver: un cuerpo en descomposición, gusanos, carne podrida, insectos revoloteando. No soportó la imagen y se acostó. No había nada que hacer.

Aparecieron los recuerdos y con ellos el dolor. Alberto y los gritos, el engaño,  el olvido. Aydé y la traición. Los hijos y la soledad… siempre la soledad. La pena como compañera de viaje. Respiró hondo y vomitó. El dolor era espantoso.

¡Cuánto se parecen este olor y la soledad!, pensó y se tomó las pastillas para dormir. Confiaba que mañana todo desaparecería.

Con pesar se lavó los dientes y se miró al espejo. ¡Cuánto había envejecido! Ya no encontraba quien fuera en otros tiempos. Eran muchos los años pasados, e inmensa  la carga de hastío que llevaba sobre sus hombros. El olor pestilente aún se hacía sentir.

De a poco se resignó a convivir con aquello que asco le producía.

Qué feas están las paredes, tendría que pintar, se dijo y se dispuso a otro día igual al anterior.  Prendió el televisor y nada vio.

Mientras cortaba las verduras las evocaciones de su vida desfilaron por su mente y no encontró ninguna luz que la aliviara.

Tan profundas son las heridas, caviló. Se distrajo y se cortó con el cuchillo. La sangre empezó a correr y no pudo detenerla, se asustó y se desmayó.

Nadie vino a su auxilio, los días pasaron y ahí se quedó. La contusión comenzó a infectarse y ahora la carne podrida se mezclaba con pestífero aroma de la casa. Ahora sí, casa y su dueña sangraban por las heridas del tiempo. Comprendió los juegos del azar y de eso desconocido de lo que tantas veces discurseó. Cuerpo y alma. Materia y energía. Las cosas sufren y el alma también.

Respiró y se hundió en la podredumbre. No pudo escapar. No encontró en nada, ni en nadie, la cura para llagas tan  profundas. Miró por última vez alrededor, su mano enrojecida y murió.

Dicen los doctores que la causa de la muerte fue infección aguda. Otros piensan que la mataron la soledad y el dolor.

A la casa la vendieron, arreglaron el techo y el olor no volvió a aparecer.

LA DECISIÓN

Desde el umbral, observo la silueta que avanza. Mi voz se estrangula y murmurando bajo me digo: ¡Oh, no! ¡Lo hizo! Después de todo se animó. Increíble.

Se detiene frente a mí, me mira fijo, tiembla y no dice una sola palabra. Suelta el bulto que trae entre sus manos. Quiero abrazarlo y no puedo. Yo también estoy paralizada, estupefacta. No sé si es temor o asombro. Tiene la cara empapada y los ojos brillosos. No se mueve.

- ¡Hola!- me animo a decirle.

- Lo hice- me contesta.

Me quedo mirando y comienzo a llorar. Intento ahogar las lágrimas y un grito se escapa con mi voz. Me acaricia la cara, sujeta mi cabello y me abraza.

-Tranquila, todo terminó- me susurra y comienza a besarme.

-¿Y los chicos? – pregunto separando los labios.

-Simplemente espero que lo entiendan.

              Alzó su bolso y entró a la casa. Ahora, ¡nuestra casa!

 

FRASES

 

"MIRAR LA VIDA CON OJOS DE TURISTA, QUIZÁS ÉSA SEA LA CLAVE"

Andrea / 2 de agosto de 2013

 

 

"El dolor del mundo pesa sobre mi espalda y un rio incesante brota de mis ojos".

 Andrea / 6 de Julio 2013 

 

" Les digo a mis amigos. La soledad no existe. Sucede que estamos ciegos y no vemos ni sentimos a los seres que nos habitan".

Andrea / 30 de Junio 2013

Mi experiencia Teun Van Dijk en la U. N. Cuyo

 

¡Advertencia! Queridos lectores no encontrarán en estas líneas una crónica de la visita del lingüista; como tampoco una interminable sucesión de análisis y descripciones de sus trabajos teóricos y científicos. Tal como lo indica el título que antecede, se trata de una experiencia personalísima acerca de las impresiones y reflexiones que dejaron la estadía y el paso por la U.N. Cuyo de este ilustre visitante los días 5, 6, y 7 de junio.

 En una sala colmada de curiosos estudiantes, docentes e intelectuales o mejor dicho “cuasi intelectuales snob”. Entendiendo por “snob” a los especímenes que se manejan con la certidumbre de que hablar con un vocabulario complejo y rebuscado lo puede igualar a la eminencia; que esperaba humilde y pacientemente tomar su palabra y compartir con el resto de los mundanos, algunos de sus conocimientos sobre (y es esa justamente la ironía): “el discurso”.

El análisis crítico del uso que hacemos socialmente los sujetos de nuestra lengua y cómo a través de sus entramados se develan relaciones de poder y fundamentalmente desigualdad entre los seres humanos. Sentidos subyacentes ajenos a la lectura de los ingenuos, de los mortales.

 Y me pregunto, quizás con algo de inocencia e ignorancia, acaso ¿será precisamente esa la misión de los intelectuales? Más aún, los eruditos de la lengua y el discurso. La de develar sentidos subyacentes y en ellos entramados sociales complejos y asimétricos.   Pero el interrogante crece y entonces vienen como huracán las ideas y los conflictos. ¿Logramos modificar patrones de conducta a partir de los resultados de las investigaciones? Entonces las dudas crecen, ¿qué función cumplen en nuestra sociedad los altos estamentos científicos y universitarios?

¿Quién toma la posta, una vez revelado el misterio, de la violencia simbólica, discursiva y física; para impulsar los cambios necesarios que faciliten una convivencia pacífica, la igualdad de oportunidades, la equidad, el equilibrio en la balanza del poder? ¿Utópico? Quizás, pero parafraseando al gran John, sé que no soy la única. Y de este modo, interminablemente los signos de interrogación aparecen en mi mente.

En fin, continúo con mi relato, pido disculpas al lector por estos abruptos lapsos de curiosidad e inquietud.

Como les contaba, ahí estaba este lingüista holandés Teun Van Dijk,  tantas veces leído, estudiado y admirado por quien escribe estas sencillas palabras. Abierto, generoso de sus saberes y dispuesto a compartirlo con todos los presentes. Respetuoso también, ante preguntas en apariencia complejas pero finitas y vacías. Y me animo a decir tendenciosas. Sí, definitivamente, fue muy respetuoso y en extremo dadivoso ante un auditorio diverso y por momentos, disperso.

Vital, altivo y con la mirada de quien ha leído y sobre todo ha vivido los años cultivando una pasión, una obsesión: la del conocimiento.

Queridos lectores si están leyendo estas líneas tengo la certeza que al igual que quien escribe, están apasionados y desvelados por descubrir los hilos que entretejen las palabras y los sonidos: los sentidos.

Y asiento con convicción el camino es largo, infinito tal vez, sinuoso… cuidado hay peligro de perderse en el laberinto de la falsa genialidad.

Lo que Teun Van Dijk nos dejó

“El Análisis Crítico del Discurso es un posicionamiento para estudiar la lengua y el habla. Es incluir la ideología. Se trata de procesos de cognición social.”

“Hay que estudiar el Discurso Público: el de los medios (periodismo); los libros; el  educativo para develar los entramados del poder y la ideología”.

“El discurso ejerce control social. Manipulación y persuasión”.

“El control del poder tradicional está en “el dinero y la fama” (lo tradicional) y por otro lado; el “discurso público” que controla la mente”.

“Los verdaderos discursos del poder, no son accesibles para su análisis. Por ejemplo, en los periódicos las reuniones de editores. Donde hay poder y abuso hay bloqueo de acceso para el estudio crítico”.

“La Ideología empieza donde hay intereses opuestos, donde hay polarización. Ahí la representación es ideológica”.

“Analizar una obra es tomar cada palabra en serio”.

“La coherencia es buscar en los sentidos de las palabras los componentes de significación. Pero no es suficiente la coherencia de significación y el hecho de hablar de la misma persona”.

“Coherencia no es la relación entre palabras sino entre proposiciones, eventos enteros. Es una relación entre eventos sobre lo que el texto habla”.

“A partir de indagaciones en la psicología para la comprensión del discurso se establece el concepto de procesos mentales”.

“Comprender es en términos de macroestrcturas (el sentido global del texto)”.

“El sujeto memoriza lo macro. Resume la idea general”.

“A partir de la psicolingüística surge la noción de MODELOS MENTALES: representación mental psicológica/ cognitiva de la realidad”.

“SI NO PUEDO RECONSTRUIR EL TEXTO ES PORQUE NO TENGO EL MODELO MENTAL”.

“Comprender es construir un modelo mental de lo que trata el texto. Es un acto subjetivo. No hay dos imágenes mentales de dos sujetos que sean iguales aunque lean el mismo texto”.

“Leer o producir se basan en modelos mentales”.

Dimensión social del discurso

“Un texto es una práctica social”.

“No se nace racista se aprende de los discursos”.

“Todo va junto: mente sociedad y discurso. Las estructuras del discurso y la mente se relacionan con lo social, con lo que pasa en sociedad, con ideologías. Poder. Discriminación”.

“Uno habla con lo que tiene en la cabeza”.

“Para hacer una teoría de la ideología no basta con un disciplina. Debe ser multidisciplinar”.

Su nuevo libro: “Discurso y conocimiento”. La Ideología como base socio –política hacia una teoría general del conocimiento”.

“¿Cuál es el conocimiento que debo tener para producir y comprender?”

“Es necesario establecer una Teoría del Rol del Conocimiento en la producción del discurso”.

“No hay ideologías privadas siempre son del grupo y el grupo no tiene subconsciente”.

“Solo se puede estudiar el uso de la ideología en situaciones concretas”.

“No hay un método que estudie relaciones entre conocimiento y discurso”.

“Es necesario saber cómo relaciono el contenido del texto con los conocimientos previos”.

“El análisis depende del contexto”.

Para la investigación

Indispensable plantearse objetivos muy precisos, ¿qué quiero saber?

Responder a una pregunta de investigación.

Relacionar las tres dimensiones para investigar.

Buscar temas nuevos. Ser originales.

No imitar. Ser fieles al estilo propio.

Buscar un problema social fundamental.

No aplicar teorías que sean NO relevantes para tu investigación.

 

 

Arte y Alienación (Herbert Read)

Arte y Alienación (Herbert Read)

Poco vemos en la Naturaleza que sea nuestro. Wordsworth

 

Todas estas consecuencias del hecho de que el trabajador ve el productode su trabajo como una cosa extraña a él. Marx

 

Definición. Por alienación se entiende un modo de experiencia en el cualla persona se siente extraña a sí misma; se diría enajenada de sí misma.Ya no se siente centro de su mundo, dueña de sus actos: se haconvertido en esclava de sus actos -y de sus consecuencias-, obedece yhasta, a veces, los reverencia. El individuo alienado está tandesconectado de sí mismo como de los demás. Siente su propia personay la de los otros del mismo modo como siente las cosas: con sus sentidosy su sentido común, pero sin relacionarse productivamente consigomismo y el mundo exterior. Erich From, La Sociedad Sana.

(...)

1. El fenómeno general de la alienación, sobre el cual tanto se ha escrito desde que Hegel creóel término y Marx le dio significado político. El vocablo se usa para denotar un problema social yotro psicológico, sin ser ambos más que dos aspectos del mismo problema, el cual en esenciala progresiva separación entre las facultades humanas y los procesos naturales. Aparte de las muchas facetas sociales del problema (la división del trabajo, que conduce a su eliminación, esdecir a la automación, y demás consecuencias de la revolución industrial, tales como laaglomeración y la congestión urbanas, las enfermedades y la delincuencia), existe un fenómenogeneral que, pesa a haber sido observado por filósofos sociales como Ruskin y Thoreau, no alarma a los sociólogos “científicos”: es lo que podríamos llamar la atrofia de la sensibilidad.

Si,desde el nacimiento hasta la madurez, no se fomenta y educa la capacidad de ver y manipular,de tocar y oír, así como todos los refinamientos de los sentidos que el hombre fue acumulandoen la conquista de la naturaleza y de las sustancias materiales, el ser resultante casi no merecellamarse humano: es un autómata de mirada obtusa, aburrido e indiferente, que sólo desea la violencia, en cualquiera de sus formas: acción violenta, sonidos violentos, toda distraccióncapaz de excitar sus nervios muertos. Busca entretenimientos en los estadios de deportes, lossalones de baile, la “contemplación” pasiva de crímenes, farsas y actos sádicos que desfilan porlas pantallas de televisión, en el juego y los estupefacientes.

2. Al imponerse el racionalismo científico, se produjo inevitablemente una decadencia de lasreligiones. Muchos se lamentan de que el progreso científico no haya sido acompañado de unequivalente progreso en los niveles éticos, pero muy pocos observan que las mismas fuerzasque destruyeron el misterio de lo sagrado han destruido también el misterio de lo bello. Citandonuevamente a Burckhardt:“… desde el comienzo de los tiempos, artistas y poetas se hallan en grandiosa y solemnerelación con la religión y la cultura…, ellos son los únicos capaces de interpretar y dar formaimperecedera al misterio de lo bello. Todo lo que en la vida pasa a nuestro lado, tan fugaz, raroy desigual, es recogido en un mundo de poemas, en cuadros y grandes ciclos pictóricos, encolores, piedras y sonidos, dando forma a un nuevo y sublime mundo sobre la tierra. A nodudarlo, la belleza sólo puede sentirse a través de manifestaciones artísticas como laarquitectura y la música; sin las artes no sabríamos de la existencia de la belleza”.

Más aún sinlas artes no sabríamos de la existencia de la verdad, pues ella se hace visible, aprehensible yaceptable solamente en la obra de arte.De ninguna manera pienso que este proceso de racionalización puede ser reversible: la mentenunca renuncia a sus conquistas materiales, aun a riesgo de una catástrofe mundial.

 Simplemente, pongo de relieve el hecho evidente de que los alcances del conocimientocientífico son todavía limitados. La naturaleza del cosmos, el origen y propósito de la vidahumana, son aún un misterio, lo cual significa que la ciencia no ha llegado a reemplazar deningún modo la función simbólica del arte, que sigue siendo necesaria “para vencer laresistencia del mundo bárbaro”.

3. Para terminar, mencionaré muy tímidamente una característica de nuestro modo de vida que,pese a estar fuertemente enraizada en nuestros adorados ideales democráticos, es adversa alarte. Ya he dicho que las obras de arte son producidas por individuos, verdad de la cual sedesprende que los valores del arte son esencialmente aristocráticos: no están determinados porel nivel general de sensibilidad estética, sino por la más elevada sensibilidad estética que se daen cada momento histórico. Esta facultad es privilegio de un número de personas relativamentereducido; son los árbitros del gusto, los críticos, los conocedores y, sobre todo, los propiosartistas, cuyo intercambio fija el nivel estético. Cualquiera sea nuestra opinión acerca de lasteorías de Carlyle o de Burckhardt sobre la importancia de los grandes hombres en la historia -el segundo hace notar que existen varias categorías de grandes hombres, algunas de dudosobeneficio para la humanidad- y aceptemos o no la teoría de las “raíces” del arte, a la cual hedado bastante difusión y me mantengo fiel sin paradoja, lo cierto es que la historia del arte esuna gráfica trazada entre los puntos que marcan la aparición de un gran artista en la historia. Esposible que un Miguel Ángel o un Mozart sean producto de fuerzas determinables, hereditariaso sociales, pero una vez que han creado sus obras, la historia del arte cambia de curso. Desdeluego, no afirmo que la historia del arte coincide con la de la cultura. Ésta no es ni siquiera lasuma de todas las artes, o la de éstas y las costumbres y las ideas científicas y religiosas de unperíodo dado. Como bien observó T. S. Eliot, las partes en que puede descomponerse la culturaactúan unas sobre otras creando esa cultura, que es más que la suma de ellas. Paracomprender plenamente una de las artes, preciso es comprenderlas todas. No obstante, “haynaturalmente culturas superiores que, en general, se distinguen por una diferenciación de lasfunciones de los miembros de la sociedad. Así, se reconocen estratos más cultos y menoscultos, por sobre los cuales se ubica a los individuos de cultura excepcional. La cultura de unartista o un filósofo difiere de la de un minero o labrador; la del poeta será algo distinta de la delpolítico; mas en una sociedad sana todas son partes de la misma cultura, de modo que elartista, el poeta, el filósofo, el político y el obrero poseen una cultura en común, que nocomparten con otras personas de igual ocupación pero distinto país”.

Fragmento

Uno más...

 

 

LA ENTREGA

 

Se clavó el cuchillo en el centro del corazón. Había llegado la hora. Toda su vida alardeó sobre esta particular forma de amar.

Sí, definitivamente lo hizo. Tomó el filoso elemento, cerró con llave la puerta, respiró hondo y de pie frente a la ventana hundió el metal en el pecho. Se asustó, el dolor lo paralizó. Cayó en el parquet y la madera se tiñó de rojo. La ropa, los zapatos, todo se tornó húmedo y amargo.

Durante los instantes en que la sangre corría y su aliento se extinguía; se preguntó cómo sería amar de otro modo, uno menos heroico, quizás.

Donar la vida, esta extraordinaria ofrenda, sólo por esta increíble interpretación del amor.

La sangre se enfriaba y todo se desvanecía y la existencia entera pasó como una película por su mente.

Sus primeros años, su madre en la cocina, la infancia en la casa de la galería grande, el jardín verde, el encuentro con su amor, el primer beso, las caricias, las sonrisas, el nacimiento de sus hijos y por ellos; todo: el espíritu y la intrepidez.

Recorrió todos sus instantes, cada respiro de su vida, vio todo y un poco más.

Llegó el día. Fatídico y determinante momento en que tuvo que cumplir con la profecía tantas veces enunciada.

Les entregó su vida, dio literalmente su corazón, estaba convencido, seguro… no conocía otra manera, ni otro camino.

Y se preguntó, ¿habrá valido la pena? Merecían estos seres, la flagelación del amor.

Por supuesto fue muy tarde, ese fue su último pensamiento antes de cerrar los ojos para siempre.

 

Por Andrea Abalos